Journal de dibujos sobre la experiencia académica en el programa de movilidad de la Facultad de Artes y Diseño de la UNAM.
Aunque en la actualidad ya no es completamente compatible el modelo de la vida densa de un artista en relación a la sociabilidad que corresponde a la salud, el viaje a Valencia fue en compañía de muchos compañeros con vicios de muchachos, similares pasiones, pero cada uno con intereses especializados.
No fue novedoso para mi estar constantemente solo, lo cual dejó espacio para que escribiera libros complementarios y no descansara la práctica del dibujo interpretativo o de imitación. Este tipo de práctica mantiene entrenada la relación entre el ojo y la mano a la hora de trazar un papel.
Hoy me veo defraudado por confiar demasiado en mi mismo. Resulta que la gloriosa tarea de redactar textos y realizar dibujos rápidos no está de acuerdo a la moda. Se usa para inspirar a los muchachos y en el cine, pero poco valor parece tener ordenarlos en una historia ilustrada.
Todo lo aprendido acerca de la psicología y la propia teoría se invierte en contra de quién se autonombra “conceptual”, pues el prospecto de vivir ganando dinero a partir del trabajo artístico no ha generado la demanda anticipada.
Pasamos a la casilla en el juego donde la etiqueta de ser “mantenido”, se une a otras viejas etiquetas que justifican para otros la existencia de alguien que prefiere a los dibujos que a los amigos para saciar esa ausencia.
La templanza de los años en todo caso nos brindan como la resaca nuestro trabajo inédito. Miles de años pasaron hasta que un hijo de vecino como Helios, en vez de abandonar su obra, aprovecha las ventajas tecnológicas para presentar cada dibujo como si fuera una pintura, mas con la capacidad de aumentarse a cualquier dimensión.
El colmo de este cuento es que al artista se le barren aveces a propósito detalles técnicos y estas piezas se anulan en tanto a su solución en materia. Representan un problema que tal vez es una auto trampa pues al no guardar los trazos queda la opción a volver a repetir esa tarea un tanto cansada.
No estoy seguro si la resolución será suficiente para imprimirse con calidad en tamaño media carta para corresponder al diseño del libro digital al cual pertenecen. Seguramente me pongo esta treta para que yo mismo respete su contexto ligado a la letra.
A este punto los comparto sin ánimos de lucro porque han servido para maravillarme. Aquello que para mi guarda asombro seguramente será del gusto popular. Así mismo las doy a conocer porque conllevan el potencial latente de una manifestación muy opuesta al método tradicional de la pintura.
La aplicación del software aún es limitada. O pintas bajo el signo del Maestro en Pintura de Caballete, o bien te entregas a algo abstracto. En este esfuerzo de transición, creo que en esencia, el resultado como aparece aquí responde bien a las expectativas que tengo acerca de la apreciación telemática.
Evidentemente hay desde hace años una generación que incursiona en la realización de espacios en la nube donde hay nicho para esto que puede descargarse y aplicarse en otro registro donde su significación se aleja del contexto estricto de las Artes Plásticas.
El experimento era también proponer estas miniaturas como un boceto para hacer una de dos; usarlas como base para un soporte material y pintura; o dos, para usarlas como tal en una animación.
Cada cuadro habla por si mismo, por lo cual los dejo por el momento si hacer el desarrollo que corresponde a mi primer edición de una lectura hecha completamente en inglés acerca de las aventuras acaecidas en Valencia durante el Otoño de 2013.



























































